Wednesday, December 08, 2004

En general, todos aquellos asuntos relacionados con la paternidad me generan un gran escozor. Ahora que nació mi hijo, me he tenido que enfrentar a todo lo que odié durante muchos años acerca del rol que aparentemente tenemos que tomar como padres responsables y amorosos. La felicidad que siento ahora que nació Matías es tan grande que toda la parafernalia ligada a los asuntos de la vida en familia ha sido atenuada. Sin embargo, las demandas hacia las relaciones padre e hijo se han vuelto una especie de tortura. Hoy me dijo Ximena que había llegado a la escuela y que extrañamente se había descubierto igual que antes del embarazo, con sus actividades normales, y que eso la había desconcertado. Yo pienso que en la medida en que no respondes al canon de la paternidad ñoña y mocha, todos podremos ser más felices.

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