Sunday, December 12, 2004

Llevamos dos días durmiendo un poco mejor. Fernando me dijo que los ciclos de descanso en el sueño son aproximadamente de 4 horas, por lo cual si te despiertas cada tres, las probabilidades de sentir afectado tu descanso son muy grandes. En estos dos últimos días, el descanso ha sido un poco más estable y eso nos ha permitido actuar con un poco de más coherencia. Recordé la tortura que consiste en no dejar dormir a las víctimas durante varias semanas. Después de experimentar un cansancio atroz, la locura y la incoherencia es lo que seguía. Por lo mismo, entiendo que durante el sueño trabajamos fuertemente en asimilar todo aquello que vivimos durante el día. Se dice que durante el sueño es cuando realmente aprendemos lo que vivimos el día anterior. Estas últimas dos semanas de poco sueño han sido suficientes para descuadrar los procesos normales de nuestros pensamientos, aunque no todas las consecuencias han sido negativas. La depresión, por ejemplo, que había avanzado con pasos firmes, antes del sueño empezaba a manifestarse en la apatía, la falta de sueño, el exceso de apetito, las irrefrenables ganas de llorar cuando estaba solo. Ahora que dejé de dormir, curiosamente el proceso depresivo se detuvo y me siento bastante más tranquilo. Estoy más atontado pero menos vulnerable. Tal vez sea de esta misma forma como funcionan los antidepresivos. Cuando empecé a tomarlos me sentí como un imbécil. Ahora me siento un poco lento, pero más contento.

Wednesday, December 08, 2004

Un buen grito baja

Un buen grito baja
Un buen grito baja,
originally uploaded by K Inteligencia.
Lo importante no es la caída, sino el aterrizaje.
En general, todos aquellos asuntos relacionados con la paternidad me generan un gran escozor. Ahora que nació mi hijo, me he tenido que enfrentar a todo lo que odié durante muchos años acerca del rol que aparentemente tenemos que tomar como padres responsables y amorosos. La felicidad que siento ahora que nació Matías es tan grande que toda la parafernalia ligada a los asuntos de la vida en familia ha sido atenuada. Sin embargo, las demandas hacia las relaciones padre e hijo se han vuelto una especie de tortura. Hoy me dijo Ximena que había llegado a la escuela y que extrañamente se había descubierto igual que antes del embarazo, con sus actividades normales, y que eso la había desconcertado. Yo pienso que en la medida en que no respondes al canon de la paternidad ñoña y mocha, todos podremos ser más felices.